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La Fundación para la Calidad y la Innovación de la Formación y el Empleo (CIFE), en colaboración con la Asociación Argumentos Progresistas, ha celebrado un debate a puerta cerrada con un reducido grupo de expertos y representantes institucionales. El objetivo: analizar en profundidad los desafíos actuales que afrontan los jóvenes en su paso hacia la vida adulta, especialmente en la relación entre formación y empleo, y definir líneas de actuación que permitan mejorar su autonomía y su inserción laboral.

El encuentro, moderado por José Manzanares, secretario de Argumentos Progresistas, se estructuró en varias rondas de intervención que permitieron trazar un diagnóstico claro sobre la situación juvenil y explorar propuestas concretas para avanzar hacia un modelo más eficaz de transición educativa y profesional.

Un punto de partida: cada vez más formados, pero con menos autonomía

El presidente de CIFE, Valeriano Gómez Sánchez, inauguró la sesión subrayando la necesidad de centrar el análisis en los grandes temas que condicionan las políticas juveniles. Insistió en que la mejora del acceso al empleo y la autonomía personal requiere «mirar de manera conjunta» los factores que impiden a los jóvenes avanzar hacia una vida adulta plena.

La contextualización inicial corrió a cargo de Oriol Homs, quien recordó que España vive un cambio estructural derivado del paso de una sociedad industrial a una digital. «En momentos disruptivos no se puede seguir haciendo lo que hacíamos antes», señaló. Aunque los avances en educación y protección social son innegables, muchos jóvenes alcanzan los 20 o 25 años sin experiencia laboral relevante. Esto genera dependencia prolongada de la familia, inseguridad personal, menor autoestima y una incorporación tardía al mercado laboral, con consecuencias sociales de amplio alcance.

Además, los participantes coincidieron en que se está configurando un nuevo grupo social de jóvenes adultos altamente dependientes que afrontan la vida con incertidumbre y escasas oportunidades. Las dificultades para acceder a una vivienda y la desconexión entre formación y necesidades reales del mercado laboral agravan este escenario.

La primera ronda: entre el cambio tecnológico y un sistema educativo que no acompasa el ritmo

José Ignacio Conde Ruíz, catedrático universitario, advirtió de la falta de adaptación del sistema educativo frente al cambio tecnológico. Reclamó más recursos para FP Dual y Universidad y la actualización de los planes de estudio para que los jóvenes «lo hagan mejor que la tecnología y mejor que los que vienen de fuera». Aunque la inversión educativa ha aportado competencias valiosas, también ha retrasado el contacto con el mundo laboral. El experto recordó que España se aproxima a un nuevo escenario: ya no será un problema la falta de oferta laboral, sino la escasez de trabajadores debido al descenso de la natalidad.

En esta línea, Carlos Victoria Lanzón, consultor experto en empleo y formación, destacó un rasgo muy español: “los jóvenes siguen siendo dependientes porque están estudiando”, lo que prolonga su incorporación al mercado de trabajo. A diferencia de la FP, donde la Dual facilita compatibilizar estudios y empleo, la Universidad continúa funcionando de espaldas al ámbito productivo. Por ello, propuso avanzar hacia una Universidad Dual.

Reyes de Blas, jefa del Departamento de Estudios y Análisis del Consejo Económico y Social, reforzó esta idea citando el modelo alemán de formación dual universitaria, que combina investigación y formación profesionalizada. Insistió en que la aceleración del cambio obliga a adaptar el sistema educativo continuamente para responder a las demandas del mercado.

Garantía Juvenil y FP Dual: dos pilares que ya generan impacto

El debate destacó dos instrumentos de una gran potencialidad que están aportando ya resultados muy esperanzadores:

  1. Programa de Garantía Juvenil 2021-2027. Con financiación europea, busca asegurar empleo o formación adecuada a jóvenes entre 16 y 30 años, y ya ofrece resultados esperanzadores.
  2. Ley Orgánica 3/2022 de Formación Profesional. Esta norma ha reforzado el carácter dual de la FP, estableciendo un mínimo del 25% del tiempo formativo en empresas.

Ambos mecanismos son considerados por los expertos como esenciales para mejorar la inserción laboral juvenil. La recomendación general es avanzar hacia su consolidación y que el Programa de Garantía Social adquiriese en lo esencial un carácter permanente, con una institucionalización adecuada. En cuanto a la consolidación y mejora de la formación dual en la FP, parece llevar un buen camino.

Un reto pendiente: mejorar la gestión del mercado laboral

La llamada “gestión del mercado de trabajo” —que incluye orientación, prospección, información profesional y transparencia del mercado— sigue siendo insuficiente en España. Esteban Villarejo, consultor y presidente de la Asociación Argumentos Progresistas, insistió en que la orientación profesional, tanto a jóvenes como a empresas, tiene un valor social que supera ampliamente su coste.

Mónica Moso, responsable del Centre for Knowledge and Innovation en Caixabank Dualiza, llamó la atención sobre la precariedad laboral juvenil e instó a reforzar la “labor de orientación de desarrollo personal y profesional, tanto para que no haya brechas de género y tanta precariedad laboral y para que pensemos de cara al futuro cómo nos queremos desarrollar y no en la última milla, porque ya es muy tarde”.

Los centros de FP y el propio programa de Garantía Juvenil destacan por la eficacia de su orientación personalizada, especialmente útil para pequeñas empresas, a través de la tutorización del alumnado.

Perspectiva europea: demografía, talento y tejido productivo

Jaime López Cossío, consultor en empleo y formación y miembro del Consejo Asesor  de la Fundación CIFE, se refirió al “Pacto Intergeneracional 2021”, señalando cuatro ejes estratégicos: fomentar la natalidad y el talento, gestionar adecuadamente la renta pública, extender la dualidad formativa incluso en Secundaria y fortalecer el papel de las empresas en la solución.

Desde el SEPE, Belén Rebollo, subdirectora de Políticas Activas de Empleo, recordó tres requisitos imprescindibles para cualquier política laboral: conocer con exactitud qué demanda el mercado, gestionar de forma adecuada el talento y promover la formación continua. También enfatizó el valor de la clasificación europea ESCO (European Skills, Competences, Qualifications and Occupations), como herramienta para dar transparencia y ordenar competencias y ocupaciones.

Mª Paz Martínez Sánchez, directora general de Planificación y Gestión de la Formación Profesional en el MEFPD, subrayó la importancia de la prospección para adaptar titulaciones y ajustar la oferta de FP a las necesidades territoriales, incluso mediante optativas temporales por territorios que duren el tiempo que se tarda en formar a los potenciales trabajadores necesarios.

Por su parte, Juan Menéndez Valdés, consultor externo de la Fundación y profesor de IE University, destacó que los jóvenes que trabajan durante su formación —aunque no sea en un empleo directamente vinculado a sus estudios— realizan una transición más rápida y adquieren competencias clave para la inserción.

Mirar al futuro: aprendizaje práctico y una visión estratégica de país

En la intervención de cierre, José Manzanares puso de relieve que cada vez más jóvenes optan por modelos formativos basados en “aprender haciendo”. También propuso crear una Dirección General de la Productividad o del Empleo y la Formación que evite la dispersión actual y optimice los recursos.

Finalmente, se subrayó la necesidad de modificar la percepción social sobre la inserción laboral tardía. La sociedad —añadieron los expertos— no puede resignarse a que la juventud quede excluida del empleo estable durante años. Esta visión no beneficia ni a los jóvenes ni a las empresas ni al país.

El debate deja claro que la transición formación-empleo es uno de los grandes desafíos estructurales de España. Su abordaje requiere coordinación entre administraciones, empresas y centros educativos, así como decisiones estratégicas de largo plazo que permitan construir un futuro más estable para las nuevas generaciones.